Julio 2012
Hace poco se me ocurrió mirar un viaje a cabo verde y aluciné con el precio. Juantxu y yo fuimos en el 2012 que estrenaban una línea directa Bilbao-cabo verde y la verdad que el vuelo y el hotel nos salió muy bien de precio.
Así que cogimos el viaje a isla de sal y en 5 horas desde Bilbao estábamos allí.
Para ir a Cabo verde no hay ninguna vacuna obligatoria aunque recomiendan la de la hepatitis A y tener cuidado con el agua, los hielos, la fruta...
Cogimos un hotel en Santa María con alojamiento y desayuno que se llamaba dunas de sal. El hotel es pequeño pero está muy bien. Habitaciones con terraza, piscina, centro de buceo y a 20 metros de la playa.
Para ir al centro del pueblo se puede ir perfectamente dando un paseo pero si algún día no os apetece los taxis cuestan 2 euros por el día y 3 por la noche.
El pueblo de Santa María es donde están la mayoría de los hoteles. Es el pueblo más dedicado al turismo.
La moneda de cabo verde es el escudo caboverdiano. En todas partes aceptan también euros pero se sale perdiendo por lo que es mejor cambiar a su moneda. Hablan portugués ya que fue colonizada por portugueses que se dedicaban al comercio de esclavos, aunque no hay ningún problema para entenderse ya que cuando se trata de venderte algo hablan todos los idiomas.
Isla de sal es muy pequeña y no hay grandes cosas para ver pero son unas de las mejores vacaciones que he tenido. Las playas son impresionantes y puedes recorrer kilómetros sin encontrarte con nadie. La arena es blanca y el agua azul turquesa. Un verdadero paraíso en cuanto a playas y fondos marinos se refiere.
La verdad que a día de hoy (2014) no se como estará todo porque cuando estuvimos había un montón de hoteles en construcción. La isla estaba creciendo mucho en cuanto al turismo por lo que aquella paz relativa de la que disfrutamos en sus playas no se como estará.
Sal vive y se dedica al turismo, todo esta orientado para ello, excursiones, restaurantes, hoteles...
Como se puede ver en el mapa la isla es muy pequeña.
Tiene unos 30 km de largo y 12 km de ancho por lo que no tiene muchas cosas que ver y con un día de excursión es suficiente para ver lo más típico. Es muy árida por lo que si esperáis ver verde olvidaros ya que no hay. Tampoco hay apenas animales (excepto perros).
Este mapa es un claro ejemplo de lo que hay que ver (esta en fotos) y de la única carretera que hay en toda la isla.
Antes de ir había leído algunos foros sobre Cabo verde y la gente hablaba de hacer excursiones con un tal Alex que era de allí. El primer día dimos un paseo por Santa María y fuimos hasta el muelle. Enseguida y sin buscarlo para nada apareció el tal Alex así que decidimos coger la excursión con el.
Al día siguiente nos vino a buscar al hotel con una furgoneta y fuimos hacer la excursión con dos parejas más.
Empezamos dando una vuelta por Santa María y fuimos hasta las salinas que están al final del pueblo.
Luego hicimos una parada en Murdeira, una zona residencial con una pequeña playa. De ahí siguiendo la carretera llegamos a Espargos que es la capital de la isla y la vimos desde las alturas.
Por la carretera nos encontramos con una zona de chabolas. Los niños en cuanto ven un coche salen corriendo hacia el para que les den algo. Como no llevábamos nada no paramos. Recomiendo llevar algo para darles.
En Espargos se puede ver una zona con casas construidas de ladrillo o a medio construir y un poco más alejado otra zona de chabolas.
Pusimos rumbo a Palmeira.
Es un pueblo pesquero y el único puerto de toda la isla. Es pequeño pero tiene mucho encanto, casas de colores, la escuela, tiendas de souvenirs, iglesia...
La gente es muy agradable y en el puerto siempre hay pescadores con sus capturas.
Siguiendo la ruta llegamos a Buracona, es una zona de piscinas naturales donde también hay una gruta cristalina en la que te puedes bañar.
Otro punto famoso es el Ojo azul. Es un agujero en la roca desde el que se ve un agua azulísima en forma de ojo. No pongo la foto porque no se aprecia mucho.
En este mismo lugar esta la montaña más alta de todo la Isla de sal.
Se puede ver como todo es muy seco.
Luego pasamos por Terra boa. Es un lugar en medio del desierto donde se produce un espejismo. Parece que hay una balsa de agua donde solo hay arena.
La parada para comer la hicimos en Espargos. Esta vez vimos más las calles de la ciudad y comimos comida típica en un restaurante.
Para ir terminando la excursión fuimos a las salinas de Pedro lume que se encuentran en el cráter de un volcán. Si hay agua puedes bañarte y comprobar como se flota debido a la sal.
Antes de volver a Santa María paramos en la zona de los tiburones. De camino recogimos de una casa a un niño que nos llevaba a verlos y se metía en el agua con nosotros ya que Alex el agua ni la tocaba. Es una buena forma de contribuir con ellos ya que al final le das unas monedas al niño y se vuelve a casa tan contento.
Los tiburones son pequeños pero se acercan muchísimo a la costa en esa zona. Tu te metes en el agua hasta las rodillas y enseguida comienzas a verlos muy cerca.
Con este día dimos por terminada la visita a la isla así que el resto del tiempo lo dedicamos a disfrutar de las playas, el pueblo y su gente.
Santa María es un pueblo pequeño pero tiene muchos restaurantes y bares para el turismo. Lo único que puede agobiar del sitio es que todo el rato se acercan para intentar venderte cosas. Una vez llevas unos días allí ya conoces a todos y no te molestan tanto.
La artesanía es la misma en todas las tiendas, hay un mercado con muchos puestos y tiendas por todas las calles.
El lema de la isla es No stress y se puede ver en todos los comercios y es que la verdad que llevan un ritmo de vida muy calmado.
Además de las tiendas de souvenirs hay muchas más cosas orientadas al turismo. Excursiones en quad, excursiones de pesca, catamaranes y deportes acuáticos (buceo, surf, windsurf, kitesurf).
En nuestro hotel como ya he dicho antes había un centro de buceo y el último día fuimos con ellos a bucear.
Lo recomiendo cien por cien ya que las aguas son cristalinas y hay muchas cosas por ver. De hecho si lo hubiéramos hecho antes seguro que hubiéramos repetido.
También es un buen sitio para el surf, Juantxu se llevó la tabla aunque no hicieron muy buenos días de olas.
En Santa María hay mucho italiano viviendo que tienen buenas casas y luego está el resto del pueblo en el que las casas están pintadas de colores pero a medio construir. Es decir hacen la primera planta y el resto está sin acabar.
Otro de los atractivos de este pueblo es el muelle. Por la mañana vuelven los pescadores y se pueden ver sus capturas.
Para comer hay pizzerías, hamburgueserías y restaurantes de todo tipo cerca de la plaza del pueblo. También hay varios sitios que están en la playa. Hay una pizzería que esta muy bien, el restaurante d´angela que tiene muy buenos precios y comida típica y barracuda en el que puedes comer langosta, marisco en general y cracas. Las cracas son típicas de ahí y no se encuentran en otro sitio por lo que si os gusta el sabor a mar aconsejo que las probéis.
Respecto a bares hay varios en la plaza del pueblo donde puedes tomar mojitos sentado en sus terrazas pero sin duda el mejor para dar una vuelta a la noche es el calema. Tiene muy buena música y una terraza en el interior. La verdad que es una gozada verlos bailar. La gente es muy agradable y hay muy buen ambiente. Un baile que podrás ver típico de allí es el funnaná que se baila muy apretado. Muchos de las noches fuimos allí a disfrutar de la gente local.
Otra cosa que os llamara la atención es la cantidad de perros que hay. Muchos de ellos abandonados. Según en que zona estés es probable que en la playa se te ponga alguno al lado y parezca que te has traído el perro de casa.
En cabo verde se cuidan mucho e incluso tienen un gimnasio casero en la playa.
La gente nos resulto muy alegre y cordial. Aunque no tienen mucho son felices. Además coincidió que en nuestro hotel éramos mucha gente joven e hizo que el viaje fuera muy divertido.
Con todo esto, las playas y el color del mar hicieron el resto para terminar de conquistarme.
Sin duda un destino que repetiría.
Hace poco se me ocurrió mirar un viaje a cabo verde y aluciné con el precio. Juantxu y yo fuimos en el 2012 que estrenaban una línea directa Bilbao-cabo verde y la verdad que el vuelo y el hotel nos salió muy bien de precio.
Así que cogimos el viaje a isla de sal y en 5 horas desde Bilbao estábamos allí.
Para ir a Cabo verde no hay ninguna vacuna obligatoria aunque recomiendan la de la hepatitis A y tener cuidado con el agua, los hielos, la fruta...
Cogimos un hotel en Santa María con alojamiento y desayuno que se llamaba dunas de sal. El hotel es pequeño pero está muy bien. Habitaciones con terraza, piscina, centro de buceo y a 20 metros de la playa.
Para ir al centro del pueblo se puede ir perfectamente dando un paseo pero si algún día no os apetece los taxis cuestan 2 euros por el día y 3 por la noche.
El pueblo de Santa María es donde están la mayoría de los hoteles. Es el pueblo más dedicado al turismo.
La moneda de cabo verde es el escudo caboverdiano. En todas partes aceptan también euros pero se sale perdiendo por lo que es mejor cambiar a su moneda. Hablan portugués ya que fue colonizada por portugueses que se dedicaban al comercio de esclavos, aunque no hay ningún problema para entenderse ya que cuando se trata de venderte algo hablan todos los idiomas.
Isla de sal es muy pequeña y no hay grandes cosas para ver pero son unas de las mejores vacaciones que he tenido. Las playas son impresionantes y puedes recorrer kilómetros sin encontrarte con nadie. La arena es blanca y el agua azul turquesa. Un verdadero paraíso en cuanto a playas y fondos marinos se refiere.
La verdad que a día de hoy (2014) no se como estará todo porque cuando estuvimos había un montón de hoteles en construcción. La isla estaba creciendo mucho en cuanto al turismo por lo que aquella paz relativa de la que disfrutamos en sus playas no se como estará.
Sal vive y se dedica al turismo, todo esta orientado para ello, excursiones, restaurantes, hoteles...
Como se puede ver en el mapa la isla es muy pequeña.
Tiene unos 30 km de largo y 12 km de ancho por lo que no tiene muchas cosas que ver y con un día de excursión es suficiente para ver lo más típico. Es muy árida por lo que si esperáis ver verde olvidaros ya que no hay. Tampoco hay apenas animales (excepto perros).
Este mapa es un claro ejemplo de lo que hay que ver (esta en fotos) y de la única carretera que hay en toda la isla.
Antes de ir había leído algunos foros sobre Cabo verde y la gente hablaba de hacer excursiones con un tal Alex que era de allí. El primer día dimos un paseo por Santa María y fuimos hasta el muelle. Enseguida y sin buscarlo para nada apareció el tal Alex así que decidimos coger la excursión con el.
Al día siguiente nos vino a buscar al hotel con una furgoneta y fuimos hacer la excursión con dos parejas más.
Empezamos dando una vuelta por Santa María y fuimos hasta las salinas que están al final del pueblo.
Luego hicimos una parada en Murdeira, una zona residencial con una pequeña playa. De ahí siguiendo la carretera llegamos a Espargos que es la capital de la isla y la vimos desde las alturas.
Por la carretera nos encontramos con una zona de chabolas. Los niños en cuanto ven un coche salen corriendo hacia el para que les den algo. Como no llevábamos nada no paramos. Recomiendo llevar algo para darles.
Espargos |
En Espargos se puede ver una zona con casas construidas de ladrillo o a medio construir y un poco más alejado otra zona de chabolas.
Pusimos rumbo a Palmeira.
Es un pueblo pesquero y el único puerto de toda la isla. Es pequeño pero tiene mucho encanto, casas de colores, la escuela, tiendas de souvenirs, iglesia...
La gente es muy agradable y en el puerto siempre hay pescadores con sus capturas.
Siguiendo la ruta llegamos a Buracona, es una zona de piscinas naturales donde también hay una gruta cristalina en la que te puedes bañar.
Otro punto famoso es el Ojo azul. Es un agujero en la roca desde el que se ve un agua azulísima en forma de ojo. No pongo la foto porque no se aprecia mucho.
En este mismo lugar esta la montaña más alta de todo la Isla de sal.
Se puede ver como todo es muy seco.
Luego pasamos por Terra boa. Es un lugar en medio del desierto donde se produce un espejismo. Parece que hay una balsa de agua donde solo hay arena.
La parada para comer la hicimos en Espargos. Esta vez vimos más las calles de la ciudad y comimos comida típica en un restaurante.
Para ir terminando la excursión fuimos a las salinas de Pedro lume que se encuentran en el cráter de un volcán. Si hay agua puedes bañarte y comprobar como se flota debido a la sal.
Antes de volver a Santa María paramos en la zona de los tiburones. De camino recogimos de una casa a un niño que nos llevaba a verlos y se metía en el agua con nosotros ya que Alex el agua ni la tocaba. Es una buena forma de contribuir con ellos ya que al final le das unas monedas al niño y se vuelve a casa tan contento.
Los tiburones son pequeños pero se acercan muchísimo a la costa en esa zona. Tu te metes en el agua hasta las rodillas y enseguida comienzas a verlos muy cerca.
Con este día dimos por terminada la visita a la isla así que el resto del tiempo lo dedicamos a disfrutar de las playas, el pueblo y su gente.
Santa María es un pueblo pequeño pero tiene muchos restaurantes y bares para el turismo. Lo único que puede agobiar del sitio es que todo el rato se acercan para intentar venderte cosas. Una vez llevas unos días allí ya conoces a todos y no te molestan tanto.
La artesanía es la misma en todas las tiendas, hay un mercado con muchos puestos y tiendas por todas las calles.
El lema de la isla es No stress y se puede ver en todos los comercios y es que la verdad que llevan un ritmo de vida muy calmado.
Además de las tiendas de souvenirs hay muchas más cosas orientadas al turismo. Excursiones en quad, excursiones de pesca, catamaranes y deportes acuáticos (buceo, surf, windsurf, kitesurf).
En nuestro hotel como ya he dicho antes había un centro de buceo y el último día fuimos con ellos a bucear.
Lo recomiendo cien por cien ya que las aguas son cristalinas y hay muchas cosas por ver. De hecho si lo hubiéramos hecho antes seguro que hubiéramos repetido.
También es un buen sitio para el surf, Juantxu se llevó la tabla aunque no hicieron muy buenos días de olas.
En Santa María hay mucho italiano viviendo que tienen buenas casas y luego está el resto del pueblo en el que las casas están pintadas de colores pero a medio construir. Es decir hacen la primera planta y el resto está sin acabar.
Otro de los atractivos de este pueblo es el muelle. Por la mañana vuelven los pescadores y se pueden ver sus capturas.
Para comer hay pizzerías, hamburgueserías y restaurantes de todo tipo cerca de la plaza del pueblo. También hay varios sitios que están en la playa. Hay una pizzería que esta muy bien, el restaurante d´angela que tiene muy buenos precios y comida típica y barracuda en el que puedes comer langosta, marisco en general y cracas. Las cracas son típicas de ahí y no se encuentran en otro sitio por lo que si os gusta el sabor a mar aconsejo que las probéis.
d´angela y pizzeria palmbeach. |
cracas y langosta |
Respecto a bares hay varios en la plaza del pueblo donde puedes tomar mojitos sentado en sus terrazas pero sin duda el mejor para dar una vuelta a la noche es el calema. Tiene muy buena música y una terraza en el interior. La verdad que es una gozada verlos bailar. La gente es muy agradable y hay muy buen ambiente. Un baile que podrás ver típico de allí es el funnaná que se baila muy apretado. Muchos de las noches fuimos allí a disfrutar de la gente local.
Otra cosa que os llamara la atención es la cantidad de perros que hay. Muchos de ellos abandonados. Según en que zona estés es probable que en la playa se te ponga alguno al lado y parezca que te has traído el perro de casa.
En cabo verde se cuidan mucho e incluso tienen un gimnasio casero en la playa.
La gente nos resulto muy alegre y cordial. Aunque no tienen mucho son felices. Además coincidió que en nuestro hotel éramos mucha gente joven e hizo que el viaje fuera muy divertido.
Con todo esto, las playas y el color del mar hicieron el resto para terminar de conquistarme.
Sin duda un destino que repetiría.
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